Ante el ascenso talibán en Afganistán
Desde el partido Por Un Mundo Más Justo seguimos con atención y preocupación el desarrollo de la situación política en Afganistán que evoluciona de una manera vertiginosa.
Hace dos días, los talibanes entraron en Kabul y tomaron efectivamente el poder del país que ahora se encuentra sumido en el caos. Es tal la rapidez con la que se suceden los hechos que lo que se escribe en este posicionamiento hoy podría no tener ningún valor en los próximos días.
En primer lugar queremos mostrar todo nuestro apoyo a las organizaciones internacionales que todavía pueden trabajar desde el terreno ayudando tanto a los afganos todavía presentes en el país como a los que se preparan para salir del mismo. Estamos a las puertas de otra crisis migratoria en el mundo y sólo nos queda la esperanza de que los afganos que decidan salir del país, puedan hacerlo sin amenazas, ni represalias; y que los países de acogida sean capaces de ofrecer soluciones que se encuentren en consonancia con los derechos fundamentales del ser humano.
Pedimos al gobierno de España que trabaje con sus socios de la Unión Europea y del resto del mundo en los próximos días para garantizar la protección de los derechos humanos en Afganistán y en los países de acogida de solicitantes de asilo afganos. No se puede permanecer pasivo ante circunstancias como esta.
España ha sido uno de los países que mandó a su ejército como parte del compromiso internacional para ayudar a Afganistán a construir un futuro más justo. El gobierno de España no puede dar la espalda a la población afgana y presenciar cómo muchos de los individuos e instituciones con los que colaboró están en peligro.
El régimen talibán de finales de los noventa se vio caracterizado por las masacres contra los civiles y la violación de los derechos humanos. Por esa misma razón, pedimos que los talibanes respeten los recientes acuerdos de paz firmados con diferentes actores internacionales y que se les haga plenamente responsables de cualquier crimen, asesinato o maltrato y en especial las violaciones contra las minorías étnicas, mujeres y niños. Además, recordamos que las creencias religiosas no pueden nunca justificar la implantación de regímenes políticos de ningún tipo y menos si atentan tan claramente contra los derechos humanos.
El enfoque de la comunidad internacional durante los últimos 20 años desde la invasión de Afganistán ha resultado ser un fracaso, tanto por el alto coste de vidas humanas, como por la falta de una estabilidad tangible.
Por eso, los afganos han de tener la posibilidad de ejercer su derecho a escoger libremente a sus líderes políticos para así lograr un país estable y unificado. Sólo con estabilidad política se podrá hablar de la reconstrucción y gobernabilidad de Afganistán y de abordar las causas fundamentales que han llevado a este conflicto, a saber: la corrupción y la falta de legitimidad de los regímenes que se han sucedido en las últimas décadas y la degradación política e institucional de Afganistán.
Óscar Mussons Blázquez, afiliado que trabaja con solicitantes de asilo, y todo el Equipo de Política Internacional de M+J