Al cumplirse un mes de la celebración de la cumbre del clima de la ONU en la ciudad polaca de Katowice, la conocida como COP24, queremos reivindicar desde el partido Por Un Mundo Más Justo, la apuesta por el Consumo Responsable de la ciudadanía, el sector privado y las propias administraciones públicas, así como su promoción mediante las estrategias públicas adecuadas.

Estudios recientes estiman que hemos gastado en nuestro país 633 euros de media en las pasadas fechas navideñas frente a los 445 euros de la media europea. De apretarnos el cinturón, hemos pasado a ser el país europeo que más dinero se deja en el tiempo que abarca desde la celebración de la Navidad hasta la de los Reyes Magos. A ello se añade el hecho de que los períodos de rebajas han sido liberalizados con el consiguiente incremento de las cifras de consumo, por ejemplo el que tiene lugar durante el cada vez más extendido “Black Friday” del mes de diciembre.

Frente a esta realidad en cifras macroeconómicas, que inevitablemente asociamos a conceptos como el despilfarro o la falta de conciencia medioambiental, nos alienta el hecho de que paralelamente, el Consumo Responsable haya dejado de ser un concepto especializado manejado por expertos, para convertirse en una alternativa que atrae e interpela a gran parte de la sociedad. Estadísticas europeas sobre la actitud de los consumidores ante el cambio climático arrojan cifras como la de un 80% de la ciudadanía preocupada por el cambio climático y sus consecuencias. De hecho, el cambio climático se ha convertido en el tema medioambiental más tratado en los medios de comunicación.

El texto final aprobado en la cumbre de Polonia ha finalizado con la firma de un pacto -por los casi 200 países presentes-, menos ambicioso que los borradores que se manejaban en un principio, en particular, en lo referido a los recortes de emisiones de gases de efecto invernadero que es necesario realizar. Se ha generalizado al menos, la convicción de que el cambio climático es un problema grave y complejo cuya responsabilidad se extiende a todos los ámbitos de la sociedad. Desde todos ellos, pues, ha de cambiarse la toma de decisiones de consumo y la forma de actuar. Para lograr un desarrollo humano sostenible es imprescindible un cambio en la perspectiva global e incidir en las causas originarias, esto es, en los patrones de producción y consumo que no son sostenibles ecológicamente por superar la capacidad de regeneración de nuestros ecosistemas.

El Consumo Responsable se basa en la elección de productos y servicios en base no solo a su calidad y precio, sino también a su impacto ambiental y social y a la conducta ética de las empresas que los elaboran o prestan. Además, el Consumo Responsable, consiste también en consumir únicamente lo necesario y en evitar la utilización de los recursos naturales más limitados –vertiente medioambiental- y asumir la obligación solidaria de garantizar los derechos fundamentales a todas las personas que intervienen en los procesos de producción, distribución y venta –vertiente humana-.

Por Un Mundo Más Justo ha desarrollado en detalle en sus documentos identitarios y programáticos, criterios y propuestas para la mitigación del cambio climático y para la promoción del Consumo Responsable. En la coyuntura actual únicamente queremos insistir tanto en la responsabilidad propia individual, por lo que concierne al impacto ambiental en particular del sector doméstico, como en la responsabilidad pública, dado que las administraciones públicas pueden y deben desarrollar iniciativas que favorezcan el consumo de productos y servicios verdes y promover la concienciación de la población en relación a los temas medioambientales.

Estamos convencidos del necesario papel de la ciudadanía como consumidora que es protagonista en la reducción del impacto ambiental de la actividad humana y, para ponerlo realmente en valor, son necesarias políticas efectivas que combinen medidas legales, de mercado, informativas y educativas. Como ciudadanos podemos escoger, entre todas las alternativas, aquellas que sean más respetuosas con el medioambiente y con los derechos sociales y presionar a las empresas para que corrijan y mejoren su actuación.

El fomento del Consumo Responsable y de procesos sostenibles que aseguren el buen futuro de las generaciones por venir, deben ser además líneas estratégicas claras de las administraciones públicas, en especial de las de carácter descentralizado en nuestro país; municipios, diputaciones y comunidades autónomas. Son diversas las propuestas que Por un Mundo Más Justo junto a otros actores sociales y políticos propone fortalecer y desarrollar para adecuar el consumo individual y colectivo a la utilización racional de los recursos disponibles. Se trata de líneas de trabajo en las que sector público, privado y sociedad civil pueden conseguir beneficios sin dejar de lado el bien común y la lucha contra el cambio climático. Entre ellas podemos citar:

  • el refuerzo de los servicios de mantenimiento y reparación,
  • las compras públicas bajas en carbono,
  • el apoyo a la agricultura ecológica,
  • el consumo colaborativo y las cooperativas de consumo,
  • la inversión en energías renovables y en bioconstrucción y
  • el fomento de la banca ética.

Solo partiendo desde una opción decidida por parte de todos los actores –desde el punto de vista global y también desde el individual- por el Consumo Responsable, será posible asegurar el disfrute de una adecuada calidad de vida en términos de bienestar, salud y solidaridad social. Por Un Mundo Más justo, apoya decididamente este marco de desarrollo sostenible y necesario para frenar el cambio climático y lograr una sociedad global más justa y sin desigualdades.