Después de estas elecciones, confieso que he vivido...
Todo comienza un 11 de marzo…con un sencillo y ágil intercambio de whatsapp ante la petición del partido de solicitar personas para ir en las listas de Madrid.
Recuerdo perfectamente que estaba en mi mesa de trabajo de casa cuando recibí el mensaje y en mi interior me asaltó de manera muy clara y rápida algo que dije cuando me presenté a signataria… “En estos tiempos de tanta dificultad y dolor, por mi parte solo quiero aportar un por mí que no quede ayudar a esta causa, sabedora de que la fuerza radica en la unión de todos nosotros deseosos de luchar por un mundo más justo”. Por eso, con cierta ingenuidad por mi parte, pero consciente de que lo hacia por comprometerme y dar un testimonio y servicio comenzó esta aventura de escasos dos meses, pero de una intensidad vital y humana que nunca podría imaginar.
Muchas veces a lo largo de este último mes y medio me he preguntado por qué dije que sí…y con mucha certeza sé que respondí a una llamada que desde hace meses vengo teniendo de comprometerme, dar testimonio y vivirlo como un servicio. Y, desde ese momento, así he intentado que fuera para los demás, pero también para mí misma.
A partir de ahí, todo ha sido un regalo. Todo, tanto lo fácil y bonito, como lo difícil y algo más “feo”, ha sido don y bendición. He recibido mucho más de lo que he dado. Lo he dicho muchas veces, pero no me importa repetirlo, porque es la razón de que este proyecto tenga ese algo tan especial que solo está presente en los grandes proyectos: una humanidad sin límites, una calidez de relación que fructifica en pasión y mueve montañas, que genera una confianza que da seguridad, y, por tanto, que siembra futuro; una calidad de trabajo y actuación que es garantía de que lo que se busca no es para uno, sino para el bien común.
Antes de seguir, quiero pedir perdón por todo aquello en lo que no haya podido dar, estar, o ser; y, en especial, por si en algún momento no he actuado con la sensibilidad y cuidado que nos gustaría llevar a la política, a la sociedad y a las relaciones humanas. También porque sé que, en ocasiones, he demandado mucho, pidiendo un tiempo que siempre escasea. Vaya este perdón especialmente para Alex y Jorge.
¿Qué he vivido y sentido en este tiempo de campaña? Quiero intentar compartir a grandes rasgos todo lo vivido, aprendido y sentido, porque es un tesoro que ojalá también otros puedan vivir:
He vivido:
- Un proyecto político lleno de profundidad, conocimiento y bondad que verdaderamente quiere humanizar, desde lo más cercano y local a lo más global.
- Unos valores que no son palabras bonitas que decoran párrafos de un papel que todo lo aguanta, sino que se encarnan desde una respuesta a un sencillo WhatsApp hasta la toma de decisiones en las que, verdaderamente, se juega la coherencia y la autenticidad humana.
- Una coherencia de principios por encima de intereses y objetivos, que sabe que lo importante está en el camino y no en los resultados.
- Un trabajo en equipo de verdad, compartido, enriquecido con lo mejor de cada uno, sin egos ni vanaglorias, sabiendo que todo está al servicio de lo que se busca y del bien común.
- Encuentros vitales profundos y experiencias de las que traspasan el corazón, y remueven el deseo que todo ser humano siente ante el sufrimiento y la vulnerabilidad humana: la solidaridad con el prójimo; una solidaridad que queremos convertir en cuidado y justicia.
- La experiencia de saber que uno intenta ser mejor y dar lo mejor, superando inseguridades y miedos, como consecuencia del encuentro con personas maravillosas que dan ejemplo de vida y de compromiso.
- Sentir que cuando uno se expone sabe que hay cosas que no van a ser fáciles, pero que intentando mantener fijos los ojos en la fidelidad a uno mismo y a lo que representa se diluyen esas palabras que pretenden sembrar la discordia de la que huimos. Esos momentos, que han sido pocos, también han tenido su sentido, su aprendizaje, su reconocer que somos débiles y limitados.
- Risas y nervios ante experiencias surrealistas como fotos, grabaciones, “pseudo-mitines”, entrevistas y debates que se han llenado de sentido en el rostro de tantas personas que necesitan que el mundo sea más justo para ellos, y tantas otras, que de manera callada y ejemplar contribuyen a hacerlo posible.
Y, sobre todo, he vivido “personas” a las que, especialmente, quiero dar las gracias por haber hecho lo más importante que cada uno debemos hacer con quien tenemos al lado: acompañar, reconocer y cuidar. Son muchas (no importa el orden), y aún a riesgo de dejarme a algunas (espero que no), quiero agradecer
…a Jorge por su apoyo, acompañamiento, entusiasmo, agradecimiento, profesionalidad, sabiduría y, sobre todo, ser ejemplo y coherencia, testimonio de lo que en este partido se quiere ser y hacer. Sin tus respuestas, tus audios y tus “locuras”, no hubiera sido posible.
…de manera muy, muy, muy, especial a Alex, para quién no tengo palabras de agradecimiento y reconocimiento; no solo por su saber hacer, que es enorme, sino por su saber ser que no cabe en palabras, sino más bien en el silencio profundo que genera la admiración del otro. Gracias, Alex, por las horas dedicadas, por los nervios que he pasado, por lo que me has enseñado, por tu capacidad de acompañar, y, sobre todo, por lo que hemos compartido. Tu combinación de humanidad y profesionalidad consiguen que el otro quiera ser mejor persona.
…a Luis Antonio, por el mensaje que me envió el 18 de marzo, y todos los posteriores, en los que, con sencillez y cercanía, no solo me ha mostrado su apoyo, sino también dónde está lo importante, lo que nos mueve y lo que buscamos.
…a Jesús Barcina y Cristina Elcuaz, por sus mensajes de apoyo, por preguntar qué tal vas; mensajes en los que, una vez más, se ha visto la grandeza de su humanidad y por qué son referentes en este grupo humano.
…a Álvaro Galera por sus miradas cómplices, los intercambios de reflexiones y lecturas, su saber que estaba ahí, acompañando a dos pasos de distancia, pero con la mano extendida para no caer; por saber que me sostenía su mano y su oración.
…a Santi Miranzo cuyo entusiasmo, creatividad, imaginación, aportación y presencia han sido ejemplo de calidad y calidez. Las reuniones de “relato” y “programa” se han enriquecido mucho contigo, y con Javier Palop, al que también le agradezco el haber compartido.
…a Mar Tagle también por su cercanía, su acompañamiento, sus consejos comunicativos, sus mensajes…y ¡sus fotos! La suerte de tenerte de compañera de camino.
…a todas las personas que se han acercado los dos días del Retiro, porque su entrega, su compromiso e ilusión representan el auténtico valor de quien quiere actuar por un mundo mejor. Mar, Bárbara, Berta, Pedro, Carlos, Miguel, Paula y sus padres, Daniel y Lola, David y Raquel, Carmen, María, Manuel…y todos los que allí estuvisteis.
…a Daniel Almagro por la acogida en su casa, Misión Enmanuel, por tocarnos el corazón con lo verdaderamente importante: la coherencia de amar y darse sin medida.
…a Pedro, Santi, Germán y Pilar (religiosa de Sta. Ana) por la visita a la Cañada, experiencia de comunión -marcada por el silencio ante el dolor- que no olvidaremos nunca.
…a Clara y Beatriz, por esa mañana de nervios enfrentándonos a esa puesta en escena novedosa para nosotras que me permitió descubrir a dos mujeres maravillosas.
…a tantos afiliados que, a través de las redes, de un WhatsApp, de un mensaje por Facebook o Instagram, se han hecho presentes, mostrando apoyo, y, en especial, por su ejemplo y su compromiso. A los que han buscado entrevistas, encuentros o movilizando personas. Ellos son la gran fuerza de este partido y el testimonio vivo de que un mundo mejor es posible. Ya lo estáis haciendo.
…a las personas de otros partidos con las que he coincidido en debates, por querer, como nosotros, ofrecer una alternativa política más amplia y, compartir, desde el respeto y las diferencias, nuestras posturas.
…de manera también muy muy especial a Salman, a la chica de la Cañada (sin nombre, pero cuyo rostro y palabras no olvidaré nunca) y a todas las personas que en esta experiencia me han recordado que nadie vive de verdad si no vive para dar y darse. Todo ha cobrado sentido en su mirada.
“Nosotros pocos, felizmente pocos, nosotros, una banda de hermanos…” (Shakespeare, Henry V). Seamos pocos, o muchos, que la experiencia de fraternidad, de saber que somos todos uno y, por eso cuidamos del prójimo y de la casa común, sea la fuerza que siga atrayendo a tantas personas con voluntad política unidas Por Un Mundo Más Justo.
Con el corazón agradecido, la cabeza llena de ideas y las manos abiertas para seguir dando,
Un fuerte abrazo,
Belén