Cañada real

Fotografía de las instalaciones de la Parroquia de Santo Domingo, abarrotada de camas y convertido en improvisado refugio de los más débiles.

La Cañada Real o la “Calcuta española”, paradigma de la deshumanización en Madrid

A muchos de los que lean estas líneas bien les sonará “la Cañada Real” como el nombre de un lugar que acumula en su haber -por desgracia- récords de problemáticas humanas y sociales, y que salta a los medios con cierta frecuencia por algún “pico” en dichas situaciones.

Hace unas semanas lo era por el corte de luz que llevan padeciendo desde hace más de tres meses miles de personas en aquella barriada madrileña (algo que también se da en otros barrios periféricos de la geografía española, como es el caso del Distrito Norte de Granada).

En estos días lo ha vuelto hacer a consecuencia del ahondamiento de lo que suponer vivir sin electricidad en medio de la Borrasca Filomena, sumándose a la maltrecha situación, el frío extremo y las nevadas históricas de estos días. Lamentablemente, solo cuando “es noticia” nos acordamos de la flagrante vulneración de derechos que padecen las personas allí y de que, como siempre, las víctimas son los más débiles: niños, ancianos, familias que solo desean vivir con dignidad y sin problemas.

Cierto es que en la Cañada -y concretamente en algunos de sus sectores- se extiende el cultivo de marihuana y que esto es uno de los motivos que se aducen para los cortes de luz, pero este hecho no puede ocultar la tragedia que viven allí miles de personas y que no tiene nada que ver con dicho cultivo.

Y es que, la Cañada de hoy, no es sino el resultado de un cúmulo de despropósitos, de malas praxis políticas, de promesas incumplidas…

Menos mal que aún allí, en medio de “tanta oscuridad”, sigue brillando la sociedad civil, personas anónimas y colectivos más o menos organizados -parroquias, ONGs, asociaciones…- que siguen dándonos en las narices con su “menos decir y más hacer” y que son tabla de salvamento para gran parte de los habitantes de aquel desafortunado lugar.

Uno de ellos es Fernando García Rivero, simpatizante de M+J, que lleva más de 14 años dando su tiempo, su vida, sus esfuerzos, sus cansancios… a los vecinos de allí. A él le hemos pedido que nos cuente algo de su actividad en La Cañada y de lo que pasa en aquella barriada. Esto comparte con nosotros:

– «En el 2006 Carmiña, mi mujer y yo nos jubilamos a la vez, yo tenía entonces 72 años. Tras muchos años de colaboración con las monjas de la Madre Teresa nos fuimos un par de meses a Calcuta, a colaborar con ellas allí. Fue una extraordinaria experiencia.

Al volver a Madrid, en un periódico vimos una referencia a una “Calcuta española” y, sorprendidos, nos aplicamos a buscarla. Encontramos “el Gallinero”, conjunto chabolista de unos 500 gitanos rumanos y La Cañada, junto con la Parroquia de Santo Domingo de la Calzada y su recién estrenado párroco, nuestro querido amigo Agustín. Hemos vivido estos 14 años muy involucrados en la dura problemática de la zona.
Nos dedicamos intensamente al Gallinero. Yo introduje a la parroquia en el Banco de Alimentos. Durante años distribuimos alimentos en el Gallinero y en la Cañada y aún hoy soy el eslabón entre el Banco y 19 comedores comunitarios, que organizamos en la Cañada y que atienden a unas 600 personas.

El Gallinero, a raíz de una detención masiva de sus varones, disminuyó hasta unas 90 personas y finalmente el Ayuntamiento y la Comunidad aceptaron realojar a las 14 familias restantes en pisos. La adaptación a las nuevas condiciones de vida, aunque básicamente mejores que las del poblado chabolista está siendo muy problemática. Apoyarlas para su inserción en la sociedad convencional es ahora nuestro empeño, por lo que hemos dejado de estar físicamente presentes en la parroquia.

Me encargué también de la relación con Fenosa, reclamando reposición del servicio (gratuito) al Gallinero, cada vez que saltaba. (Leer carta aquí)

En el 2017 las Administraciones (Ayuntamientos, Comunidad y Gobierno) llegaron finalmente a un acuerdo sobre la normalización de la Cañada. Complejo asunto que prospera lentamente tras la instauración de dos organismos tractores, los Comisionados del Ayuntamiento y la Comunidad.

Sin embargo, ninguna de esas decisiones ha terminado con la problemática que actualmente padecen los que allí viven.

– De hecho, La Cañada lleva ya más de tres meses sin servicio eléctrico. El asunto está en toda la prensa y en todos los organismos que en el mundo pueden tener algo que ver con la extrema situación en la que se encuentran adultos y niños que allí viven -incluida la Comisión Europea, la ONU, el Papa Francisco…- y la situación está denunciada ante los jueces para determinar las responsabilidades que nadie asume. Nuestra amiga Bea, médico que atiende la Cañada en un dispositivo móvil, nos tiene al día de los horrores que allí se padecen.

Naturgy (la renovada Fenosa) “echa balones fuera” responsabilizando a la legislación vigente y con ello a los políticos. Tan es así que ahora ofrece –una empresa de electricidad…- ¡dar calentadores de gas a las familias! Los políticos se pasan la pelota unos a otros acusándose mutuamente. Y así llegamos a la nevada del siglo y al frio extremo.

La presión dirigida a los políticos y Naturgy es ya de tal magnitud que quizá estamos llegando a un final con cierre de los cultivadores de marihuana y reposición del servicio. Quiero pensarlo así.»

Ese es el sueño de Fernando y de muchos otros: que de una vez por todas se dé solución definitiva a lo que allí ocurre. Algo que ya se prolonga demasiado, como se puede observar por este manifiesto que se presentó ya en 2009 por parte de la Parroquia de Santo Domingo.

En el Partido Político Por Un Mundo Más Justo, que tiene entre sus objetivos principales la defensa de los derechos de las personas más vulnerables de nuestro mundo, de las excluidas y descartadas, no queremos ser ajenos a tanto sufrimiento y tanta injusticia.

Por eso, convencidos también de la capacidad de la humanidad para dar respuesta a los grandes desafíos, de generar soluciones a los conflictos que dañan a “los más vulnerables” y de construir una sociedad donde todos podamos vivir con dignidad, exigimos el auxilio humanitario urgente a los más afectados por la situación y urgimos a que el Pacto regional por la Cañada Real Galiana -que nos parece la iniciativa con más visos de eficacia en todo este tiempo-, agilice drásticamente su funcionamiento.

Gracias Fernando.
Partido Por Un Mundo Más Justo

M+J acompañó a Valica en 2014, una niña de diez años del poblado de El Gallinero, que viajó al Parlamento Europeo (Bruselas) para exponer su testimonio.