Por un mundo más justo en las cárceles. 

El mundo de la cárcel no interesa a una gran mayoría de ciudadanos. Además, es algo muy residual en los programas electorales de todos los partidos políticos , muy posiblemente porque la población reclusa no suele ser un buen caladero de votos, apenas un 5% ejerce su derecho a votar.

Sin embargo, a M+J sí nos preocupan las vidas, circunstancias y condiciones de las cerca de 75000 personas que integran lo que podríamos llamar la “comunidad carcelaria” –55.000 personas privadas de libertad y 20.000 funcionarios de prisiones. Porque, si bien es cierto que seguimos viendo la cárcel como el “fracaso de la humanidad”, también lo es que aspiramos a construir contextos más humanos, dignos y constructivos en el interior de la misma.

Y es que, aunque en nuestra Constitución Española las penas privativas tienen un enfoque orientado a la reeducación y la reinserción social (CE 25), a poca gente se le escapa que está muy lejos de conseguir esos objetivos y que, más bien, se convierte en un espacio de «de-socialización” ciudadana.

En ese sentido, el Equipo de Prisiones de nuestro partido detecta una serie de ejes principales que nos sentimos urgidos a acometer:

  1. El abordaje social de los procesos preventivos como herramienta más eficaz para evitar la comisión de todos los actos punibles y sus consiguientes consecuencias, ya que está contrastado que las personas más vulnerables social y económicamente son las que en mayor número terminan ingresando en las instituciones carcelarias.
  2. El refuerzo de la dimensión restaurativa de la privación de libertad, extendiendo dicha dimensión a los propios “condenados” –que necesitan restaurarse de sus propias heridas como personas y su “autoestigmatización”-, las víctimas y sus familiares –necesitados de restaurar sus existencias marcadas por el dolor y el sufrimiento-, y la propia sociedad –que necesita restaurar a sus ciudadanos en el ejercicio de sus plenos derechos y deberes una vez cumplidas sus penas-. En este sentido, nos parecen muy iluminadoras todas las experiencias de “justicia restaurativa”.  (Resulta interesante conocer esta experiencia  desarrollada en prisiones españolas y narrada por uno de sus artífices, Julián Ríos)
  3. La mejora de las garantías de todas las partes involucradas en el sistema penitenciario –internos, funcionarios, víctimas-, de tal manera que todos puedan sentir sus derechos protegidos de forma equitativa y justa;
  4. El cuidado de las condiciones existentes en el interior de los centros penitenciarios, de modo particular para con colectivos especialmente vulnerables: personas mayores, enfermas de salud mental, discapacitadas, LGTBI, niños y niñas nacidos en instituciones penitenciarias, etc, lo que supone incrementar el número de funcionarios y personal especialistas en el tratamiento y el acompañamiento de los reclusos (psicólogos, educadores, mediadores, trabajadores sociales, monitores, personal sanitario…), frente a los expertos “meramente” en cuestiones de seguridad;
  5. La mejora de las oportunidades de contacto de los reclusos con sus familiares: transportes públicos, visitas “sin cristales”, acompañamiento a las propias familias -que pueden sufrir más incluso que los propios reclusos y necesitan apoyo-, etc…
  6. La creación de mayores oportunidades para las personas que terminan de cumplir sus penas: mejores herramientas formativas durante su estancia en prisión –acceso a internet, por ejemplo-, incentivos para su contratación al salir de la misma, evitar su vuelta a entornos de vulnerabilidad donde la reincidencia se presenta como una posibilidad con alta probabilidad…

En definitiva, abogamos por una revisión profunda del sistema penitenciario que, a la luz de todos los datos, presenta grandes fallas y lo convierte en algo que dista mucho de ser lo que pretende. Es cierto que todo esto supone coste económico, pero también que evita y previene reincidencias y, por lo tanto, dicho coste, al final, no lo es tanto.

El Equipo de Prisiones de M+J ya estamos trabajando para ofrecer reflexiones y alternativas en esa línea. Porque también en la realidad de la cárcel queremos hacer política con “rigor, respeto y fraternidad. #politicaMJ”.

Equipo de Prisiones de M+J