Trabajadoras del Hogar

Trabajadoras del Hogar: Seguridad Social, Derechos y Dignidad

El 30 de Marzo de 1988 se proclamó el Día Internacional de los/as Trabajadores/as del Hogar, por medio del primer gran Congreso Lationamericano de Trabajadoras, que tuvo lugar en Bogotá, Colombia.

Entre las muchas funciones que realiza un trabajador se encuentra el de cuidados. Hoy en día y, más después de la pandemia, son entre 1.600-3.500 personas las que trabajan en este ámbito en primera línea de batalla, la mayor parte de ellas mujeres migrantes, según datos del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social (2019).

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), más del 80% de quienes se ocupan de esos trabajos son mujeres.

Precisamente, en junio de 2011 se aprobó el Convenio 189 de la OIT  sobre las Trabajadoras y los Trabajadores Domésticos para asegurar el trabajo Decente para este tipo de actividad económica. Desde entonces 29 países lo han ratificado. Entre ellos, desgraciadamente, no se encuentra España, cuya Comisión de Presupuestos del Congreso celebrada en 2018 lo retrasó a 2023, evidenciando así que nuestro Estado social y Democrático de Derecho deja mucho que desear, pues ha perdido la oportunidad de ofrecer una dignificación en las condiciones de empleo de los/as empleados/as del Hogar.

El convenio en sí persigue garantizar derechos básicos para todos/as estos/as trabajadores/as. Así, cuestiones como la cotización, el subsidio de desempleo, la prevención de riesgos laborales, la inspección de trabajo, unos salarios justos, la regularización documental, la defensa frente a despidos improcedentes, el acceso a la formación –imposible cuando el número de horas laborales es tan alto- o, algo de máxima relevancia en el contexto actual, las medidas de prevención en salud laboral, como la vacunación, los EPIS frente a la COVID-19, etc.

Por todo ello, es sumamente necesaria una red institucional pública que ponga en el Centro de atención los cuidados, que están a la base de una política social justa. Ello significaría la implementación de una serie de medidas basadas y dirigidas a los cuidados, que configurarían las buenas prácticas en las instituciones. Al mismo tiempo, tiene que haber una financiación suficiente para alcanzar una amplitud que abarque no sólo a los que son cuidados, sino también a los profesionales cuidadores, pues no olvidemos que la ardua labor y el constante trabajo de estos últimos llevan consecuencias negativas tales como síndrome de “Burnout” o problemas musculares, entre otras problemáticas que los afectan.

La importancia también de una Red de Diálogo social horizontal, en la que se lleve a cabo un Plan de choque donde haya un mensaje de compromiso y la resolución de situaciones en el empleo de hogar, permitiría un mantenimiento equitativo en la igualdad de Derechos, basadas en otros Convenios, Declaraciones y Resoluciones pactadas en el pasado.

En el Partido Por Un Mundo Más Justo creemos que hemos de construir una política que tenga, como uno de sus pilares, el enfoque de “cuidados” y que, en ese contexto, es de suma importancia proteger los derechos de las personas que dedican su vida a los cuidados. Sin duda ello contribuirá a construir una sociedad más humana y solidaria.

Grupo de Cuidados del Partido Por Un Mundo Más Justo

 

Bibliografia: