Educación ambiental en tiempos de cambio climático.
El pasado martes, 26 de Enero, fue el día mundial de la Educación Ambiental. En ese contexto le pedimos a una de nuestras afiliadas, Marta Castillo, Educadora Ambiental, que compartiera con nosotros algunas reflexiones en torno a este tema. Aquí las tenéis:
La Educación Ambiental es un proceso que dura toda la vida, un proceso para tomar conciencia acerca del mundo que nos rodea y de cómo los seres humanos nos relacionamos con el mismo.
Muchos piensan que la Educación Ambiental se restringe únicamente a la naturaleza, pero lo cierto es que nos acompaña día a día en todos los aspectos de nuestra vida, desde lo que comes, cómo te desplazas o cómo te relacionas con los demás.
Un Educador Ambiental aprende y enseña cómo todas las pequeñas acciones suman para generar el cambio. Invita a recorrer el camino para reconectarnos con la naturaleza, a la que pertenecemos y que debemos tomar como ejemplo.
Como educadora ambiental, considero mi trabajo más necesario que nunca. Sobre todo ahora que las consecuencias de la globalización y la crisis climática se hacen cada vez más evidentes.
Elegí esta opción como modo de vida, para construir experiencias y aprendizajes que compartir, para generar un cambio interior en las personas de mi entorno. Siendo consciente de que somos el problema pero también la solución. Por eso también vi importante militar en un partido que trabaja por una sociedad más sostenible, que sea experta en cuidados hacia las personas más vulnerables pero también en cuidados hacia el medio natural en el que la vida se hace posible –ya que ambas cosas están íntimamente relacionadas y desligarlas no hace sino dañar a ambas-. Desde todo ello, creo necesario impulsar:
- Más políticas de concienciación hacia toda la ciudadanía en torno a la crisis medio ambiental, el trato respetuoso con la naturaleza y las maneras de interactuar con lo que nos rodea, de manera que todos salgamos ganando: las personas y el medio ambiente;
- Un trabajo educativo que promueva de raíz estilos de vidas acorde con una visión de la vida que pone el acento en el ser y no tanto en el tener, en la corresponsabilidad y no tanto en el egoísmo, en la austeridad compartida y no tanto en la especulación y la esquilmación de los recursos:
- Una política fiscal que penalice a aquellos –sujetos u organizaciones- que atenten directamente contra la biosfera en cualquiera de sus dimensiones y que premie a los que se toman en serio y encarnan en sus vidas la opción por el cuidado y la preservación del medio en el que vivimos;
- El fomento en los diferentes niveles de gestión del bien común –locales, estatales, mundiales- de la existencia de entes que, desde un espíritu constructivo, aglutine a los principales actores de nuestro mundo –sociedad civil, administraciones, organizaciones no gubernamentales- y que velen por el cumplimiento íntegro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Marta Castillo Fernández, afiliada del Partido Por Un Mundo Más Justo