
La guerra de Yemen en 2021 debe terminar
La población de Yemen no puede esperar. Tras varios años de conflicto, nos encontramos ante “la peor crisis humanitaria provocada por la acción humana en nuestros tiempos”, según ONU, en el país más pobre del mundo árabe.
Sabemos de su posición geográfica estratégica, vía de tránsito del petróleo que alimenta Europa. Sabemos de los intereses de grandes potencias regionales, Arabia Saudí e Irán, en hacerse con el control y dominio de esta zona crucial del comercio internacional.
Sabemos el desinterés, real o provocado, que suscita esta guerra en los medios de comunicación y en muchos actores políticos, empezando por el G20. Pero sabemos también de los intereses indirectos que estas potencias tienen en unos u otros actores regionales inmersos de lleno en la batalla.
Llamamos la atención y denunciamos, impotentes, tal y como lo vienen haciendo organizaciones humanitarias desde hace muchos meses, las graves violaciones de derechos humanos y los más de 15.000 muertos que ha provocado el conflicto, más allá de los casi 25 millones de desplazamientos forzados de población (casi tres cuartas partes de la población del país).
Según el SIPRI, (STOCKHOLM INTERNATIONAL PEACE RESEARCH INSTITUTE) España ocupa el 7º puesto en el ranking mundial de exportación de armas en el período 2014-2018 y Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos los puestos 1º y 7º respectivamente como importadores de armas, concentrando Arabia Saudí el 12% del volumen mundial.
Constatamos que Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos han sido grandes importadores de armas españolas. Arabia Saudí ha adquirido armas de fabricación española por más de 1100 millones de euros desde que comenzó la guerra de Yemen y es imposible saber si este material ha sido empleado en el conflicto. En estos momentos, España está fabricando 5 fragatas por valor de 1.800 millones de dólares que se entregarán en 2022.
En sintonía con otros muchos grupos parlamentarios, desde el Partido Político Por Un Mundo Más Justo consideramos necesario y urgente destinar más ayuda humanitaria para la población de Yemen y a la vez, solicitamos que España haga un esfuerzo diplomático para ayudar a alcanzar la paz, anteponiendo a cualquier otro interés el cumplimiento de los compromisos internacionales adquiridos por España en la defensa de los derechos humanos.
A su vez, exigimos, ante la evidencia del riesgo de uso indebido de los materiales exportados, que, de forma urgente e inmediata, el Gobierno aplique el artículo 8 de la Ley 53/2007, de 28 de diciembre, sobre el control del comercio exterior de material de defensa y doble uso, por el que se puede suspender o revocar una autorización previamente concedida.
Es una cuestión de justicia.