Desde el partido Por Un Mundo Más Justo, soñamos con un mundo que respete el hecho básico de que todas las personas, de toda clase, raza y nacionalidad, somos iguales en dignidad. Nuestra misión es, por tanto, promover las transformaciones estructurales necesarias para que todos los habitantes del mundo puedan ejercer todos sus derechos fundamentales, pudiendo así tener una vida digna.
Se cumplen ahora 70 años desde la declaración universal de los derechos humanos y aunque ha habido claros avances que celebramos, existe hoy un mecanismo que genera una enorme desigualdad en lo que se refiere al efectivo cumplimiento de estos derechos: La competencia entre los estados por atraer el capital.
Para luchar contra la desigualdad creciente en el interior de los países, los gobiernos, tanto de países ricos como de países pobres, intentan aplicar políticas redistributivas que siempre acaban topándose con la misma amenaza; la temida “huida de capitales”. Ante esta encrucijada, los gobiernos son obligados a elegir entre políticas fiscales, laborales y financieras injustas o el empobrecimiento del país provocado por una “huida de capitales”. El castigo generado por la salida del capital es tan severo que todo gobierno termina por hacer sus políticas fiscales, laborales y financieras más “pro – business”.
El resultado final de esta competencia entre países por atraer el capital es naturalmente un aumento de la desigualdad por ambas vías, ya que las personas propietarias de grandes fortunas pagan menos impuestos y las personas más vulnerables reciben cada vez una protección social de menor calidad en cualquiera de sus formas, ya sea pensiones, subsidios, educación pública, salud pública, etc… ya que todas estas políticas están financiadas con impuestos.
Este es el diagnóstico que observamos en España y en el mundo entero desde 1990, momento a partir del cual el capital comienza a fluir por el mundo, los países comienzan a competir por atraerlo, los estados de bienestar empiezan a verse erosionados y los paraísos fiscales comienzan a florecer, ya que no son otra cosa que la consecuencia de llevar esta competencia entre países al extremo.
Para luchar contra la amenaza de la “huída de capitales” no debemos impedir que el capital salga del país sino eliminar el “refugio” que busca el dinero cuando sale. Se hace necesaria la aplicación de acuerdos mundiales en materia fiscal, laboral y financiero que pongan fin a la competencia entre los estados para atraer el capital. Los países no deben competir entre sí para atraer la inversión extranjera a base de reducir el impuesto de sociedades o desregular en materia laboral o financiero. Al contrario, es ya urgente un trabajo político que permita alcanzar acuerdos globales en estas materias, garantizando la aplicación obligatoria de unos mínimos en la regulación fiscal, laboral y financiera en todos los países del mundo, que aseguren una condiciones laborales justas, una recaudación fiscal adecuada y un sistema financiero transparente en todos los países del mundo. En definitiva, acuerdos globales que terminen con los paraísos fiscales y permitan que el estado de bienestar sobreviva.
Desde el partido POR UN MUNDO MÁS JUSTO miramos al futuro con esperanza ya que lo que defendemos es de sentido común y estamos convencidos de que pronto será implantado. Europa debe empujar para la creación de estos acuerdos internacionales en materia fiscal, laboral y financiera, primero dentro de sus propias fronteras y más tarde en todo el mundo.
En las próximas elecciones europeas este será uno de los ejes fundamentales de nuestro programa.
Puedes ver en nuestro último Programa Electoral una batería más completa de propuestas en la sección de programas electorales.