Ante la situación de sequía y hambruna en el sur de Madagascar
Madagascar es el cuarto país del mundo con mayor problema de malnutrición crónica. El 17% de los bebés nacen con bajo peso, muchas veces provocado por los déficits nutricionales de las madres; el 37% de las mujeres entre 15 y 49 años sufren anemia. Esto hace que 1 de cada 2 niños y niñas, menores de 2 años, sufra retraso del crecimiento. Es un problema que arrastrarán el resto de sus vidas, haciéndose visibles deficiencias físicas y cognitivas, hasta la edad adulta si no se le pone fin a tiempo.
Esta situación se agrava a causa de la crisis climática. Desde octubre de 2019, los índices de precipitaciones en la región del Gran Sur en Madagascar han registrado largas temporadas de sequía. Según los últimos informes, la temporada de entre octubre a diciembre de 2021 se ha registrado como el periodo más seco registrado en los últimos 40 años. Debido a esta escasez de precipitaciones, se espera que la producción de arroz, maíz y yuca, sea muy inferior a la de temporadas anteriores, provocando escasez de productos en el mercado, en las mesas de las familias y escasez de empleo agrícola. Todo esto deriva en una situación de alarma alimentaria en la que un gran porcentaje de la población sufre malnutrición aguda o aguda severa.
Por lo general, en esta época del año, la mayoría de las familias del país se dedican a labores agrícolas (siembra y deshierbe) como principal fuente de ingresos. La mano de obra agrícola suele ser una fuente de ingresos más estable que otro tipo de labores no agrícolas, pero debido a la sequía muchas de estas familias se han visto obligadas a desempeñar otras tareas más precarias e inestables como pueden ser la venta de agua, la venta de carbón o la minería. Los ingresos por estas actividades son muy inferiores a los ingresos obtenidos en la agricultura. Por poner un ejemplo, estos ingresos permitirían tan solo adquirir un saco de maíz de 25kg al mes, claramente insuficiente para una familia.
Otra de las consecuencias de esta crisis medioambiental es la subida del precio de los alimentos. Los precios del arroz, tanto local como importado, sufrieron un aumento a partir de octubre de 2021, colocándose por encima del precio medio de los últimos 5 años. Los precios mensuales del maíz aumentaron considerablemente en diciembre, debido a la escasa oferta interna y un aumento estacional de la demanda de plantaciones.
Desde agosto, la demanda industrial de producción de piensos para el ganado también está sufriendo una clara tendencia al alza. Y mientras que el precio de la yuca seca se ha mantenido estable en la mayor parte del país, en la región del sur de la isla sufrieron un claro aumento durante el pasado mes de diciembre manteniendo los precios por encima de los de años anteriores debido a la reducción de la oferta de producto en la región.
La principal y más grave consecuencia de esta situación de sequía prolongada es la situación de malnutrición a la que está sometida la población de la región del Gran Sur de la isla. Según datos del Centro de Coordinación de Respuesta de emergencia (ERCC) entre los meses de enero a marzo. de 2022, 3.546.000 personas sufren malnutrición, donde 1.902.000 se encuentran en fase 2 de estrés alimentario, 1.304.000 personas se encuentran en fase 3 de crisis, 334.000 personas se encuentran en fase 4 de emergencia.
La región de Ambinany, en el sur de Madagascar, se ha visto particularmente afectada por esta sequía. También es una de las zonas más remotas y peor comunicadas de la isla. Para sobrevivir, las familias están comiendo tamarindo mezclado con arcilla lo que provoca importantes problemas estomacales. Sin lluvia y con cosechas pobres, la gente hace frente a la muerte por inanición.
Los niños y niñas son los más afectados por la crisis alimentaria ya que muchos han abandonado la escuela para poder pedir en las calles. Así, cerca del 75 por ciento de la población infantil ha abandonado las clases en Amboasary, según datos de octubre de 2020.
En este sentido, las cifras de desnutrición en niñas y niños menores de cinco años en las tres regiones más afectadas –Androy, Anosy y Atsimo Andrefana– es del 10,7 por ciento, la segunda cifra más alta en la región de África Oriental y del Sur.
Ante esta situación el Partido Por Un Mundo Más Justo, además de visibilizar el drama que vive la sociedad malgache, pedimos el apoyo urgente de la comunidad internacional, de modo particular su mediación para moderar los precios de los alimentos, inversiones en infraestructuras que eviten las consecuencias de los problemas climáticos, atención prioritaria a las poblaciones más vulnerables -localidades más afectadas y, en general, población de riesgo, como niños/as…-. Todo ello apostando por un equilibrio entre la cooperación internacional y el autogobierno del país, cuya mejora debe ser la pieza clave en el desarrollo de todos los países del Sur.
Sandra Fernández Cesar, Afiliada M+J Granada y Gerente de la Fundación Agua de Coco