El gracias más grande por el cuidado de nuestros mayores.
A día de hoy, escuchamos como los medios de comunicación hablan constantemente de las residencias de personas mayores en relación al coronavirus. Hablan de brotes, fallecidos, contagiados, aislamiento, vacunas…
Pero poco se habla de las residencias que desde marzo han tratado de ser reflejo de amor y cuidado para todas las personas residentes en estos lugares. No se habla de los trabajadores implicados que dejan a su familia y se confinan dentro de su centro de trabajo para proteger, cuidar y amar la VIDA, así en mayúsculas, porque las personas mayores derrochan vida y llevan mucho camino recorrido y cada uno/a de ellos/as merece un presente y un final de vida digno con el mayor bienestar posible, con el cuidado necesario, con una sonrisa de aquel enfermero que le mide la temperatura cada día, de aquella trabajadora social que se preocupa por tantos detalles de cada persona, de aquel auxiliar de enfermería que acompaña, conversa, lava y ayuda en todo momento, de aquella directora de la residencia que intenta tomar decisiones que reflejen el respeto y el cuidado por la vida, de aquel cocinero que elabora cada plato con cariño y todas las medidas de protección y tantos/as profesionales que se dejan la piel, siendo conscientes que lo que está en juego son vidas humanas y qué vidas, las de aquellas personas que han construido el presente, han labrado nuestras tierras, han cuidado a tantos hijos e hijas para que todo lo que hoy tenemos sea posible.
El gracias más grande y el aplauso más sincero siempre debería ser para ellos /as por crear, cuidar y amar la vida antes que nosotros/as, por construir desde su profesión (sin duda vocacional) un mundo más justo y fraterno.
Como partido político que “primerea” (prioriza) a los colectivos más vulnerables, asumimos entre nuestras prioridades las políticas que defienden la vida digna de nuestros mayores en cualquiera de sus circunstancias, de modo particular las políticas que velan porque nadie viva su ancianidad de manera aislada, en soledad, y sin los cuidados que nuestros mayores necesitan y sin duda merecen.
Grupo de trabajo de CUIDADOS M+J