Comunicado del equipo de trabajo de infancia por el día del “trabajo infantil” 

El día 12 de junio, desde que en 2002 se estableciera como tal por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se celebra el día mundial contra el “trabajo infantil”. En este caso, el uso de las comillas no es aleatorio. Y es que, las palabras trabajo e infancia chocan y rechinan si entendemos que los niños y niñas, por el hecho de serlo, no deberían trabajar, puesto que esta actividad es propia únicamente de los jóvenes y adultos.

El trabajo de los infantes debería ser únicamente estudiar y jugar, tal como defendía Iqbal Masih, un niño esclavo pakistaní que fue asesinado por defender los derechos de los niños y niñas esclavos de todo el mundo. Efectivamente, pensamos que la siguiente definición encaja mejor con la situación de explotación que están viviendo estas criaturas: “esclavitud infantil”.

Actualmente, según la OIT, en el mundo existen más de 230 millones de niños esclavos, cifra que asciende al doble según un estudio realizado por Ghilherme Lichand (de la Universidad de Stanford) y Sharon Wolf (Universidad de Pennsylvania).

Estas cifras reflejan una realidad inaceptable, pues se trata de un radical abuso contra la infancia. Iqbal Masih, en sus intervenciones en la Sede de las Naciones Unidas repetía con fuerza: “no compren la sangre de los niños”.

Ahí está la clave: vivimos inmersos en un consumismo exacerbado e innecesario de productos de todo tipo, que requiere, para responder a tanta demanda, la puesta en marcha de un ejército de esclavos, tanto adultos como niños. Las grandes multinacionales instalan sus fábricas en países como China, Pakistán, Bangladesh, Uzbekistán, Vietnam…donde la mano de obra es más barata y los derechos humanos brillan por su ausencia: jornadas interminables, pésimas condiciones laborales y salarios de hambre. Estos atentados contra la dignidad se magnifican en el caso de los niños y niñas, los cuales presentan una menor resistencia a la explotación por su condición de infancia.

Desde el Equipo de Trabajo de Infancia del Partido Por Un Mundo Más Justo, denunciamos contundentemente cualquier tipo de esclavitud, pero sobre todo la esclavitud infantil: el empleo de niños y niñas en el servicio doméstico, en la agricultura, en la ganadería, en granjas y plantaciones de cacao, tabaco, jazmín, algodón… en fábricas textiles, donde cosen alfombras, balones, zapatillas deportivas… en fábricas de juguetes y todo tipo de productos, en fábricas de pirotecnia y municiones, en la industria de la guerra, en las redes de la trata, la prostitución y el turismo sexual, en la minería…

Condenamos abiertamente esta realidad, e instamos al resto de partidos políticos, sindicatos y demás instituciones a posicionarse contra esta lacra. Así mismo, apelamos a la conciencia personal de cada individuo para reducir el consumo de productos innecesarios, y revisar las etiquetas de los mismos para “no comprar la sangre de los niños esclavos”. Creemos que la austeridad individual y colectiva es necesaria para frenar esta vorágine consumista que supone una doble consecuencia: por un lado la explotación de millones de personas y por otro un deterioro brutal del medio ambiente.

Levantemos la voz por la infancia explotada; que los niños y niñas explotados nos sientan cercanos,  que “esta injusticia no nos sea indiferente”. Porque la indiferencia nos hace cómplices, y a ellos los deja solos.

Soñamos con un mundo donde cada niño y cada niña puedan jugar libres y felices, y puedan estudiar y formarse para conseguir un buen trabajo cuando lleguen a la madurez y así trabajar para que este mundo sea más humano y menos cruel.

Mientras exista un solo niño o niña esclavo, los adultos tenemos una deuda pendiente con ellos. Este partido alza la voz y denuncia la esclavitud infantil como una de las mayores lacras de la humanidad en pleno siglo XXI. Es hora de defender la libertad como un derecho humano fundamental y patrimonio de toda la humanidad.

Equipo de Trabajo sobre Infancia de Por Un Mundo Más Justo