La crisis del capitolio de EEUU debe ser el principio del fin del populismo occidental

Lo ocurrido en el Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021, instigado por Trump, es una vergüenza democrática. Es el ejemplo claro de dónde puede acabar la política basada en la crispación y la desinformación. ¡Ojo España!

En el día de ayer, Donald Trump, arengó a 20.000 seguidores a marchar hacia el Capitolio y no rendirse frente al supuesto robo de las elecciones. El todavía presidente de EEUU, con frases como “vamos a ir al Capitolio… a tratar de ir y darles (refiriéndose a los congresistas republicanos, especialmente el vicepresidente Mike Pence) el tipo de orgullo y audacia que necesitan para recuperar nuestro país”.

Como resultado de la posterior violencia provocada, se cuentan ya 4 personas muertas, 14 policías heridos (2 graves) y 52 arrestos, se desactivaron dos bombas caseras en las sedes del partido demócrata y republicano y se encontró un vehículo donde había un rifle y hasta diez cócteles molotov.

Lo sucedido en Washington es el último capítulo de uno de los retos actuales del siglo XXI: el auge nacionalista e identitario. Donald Trump ayer rompió con el pilar de la democracia, de la paz social y la modernidad democrática occidental. Se consolida desde ayer como un “outsider” también en el plano ético y democrático. Es una clara advertencia a la cultura occidental y la democracia mundial de lo lejos que puede llegar el populismo, en cualquier democracia y de cualquier ideología, si se le deja campar a sus anchas a base de desinformación y crispación social. Y esa es la advertencia que desde el partido Por Un Mundo Más Justo queremos hacer a toda la sociedad española: en España también puede llegar a ocurrir si seguimos alimentando el populismo en cualquiera de sus expresiones.

Este paso atrás en la calidad democrática de los Estados Unidos de América, se produce mientras nos encontramos inmersos en superar el obsoleto “sistema izquierda-derecha”. Hoy se hace más urgente que nunca fomentar el conocimiento, la convivencia, el diálogo con el diferente, el respeto y la democracia como los pilares para afrontar los retos del siglo XXI.

No debemos olvidar como hemos llegado hasta aquí. El declive de lo que hasta hoy era la superpotencia mundial, se produce como consecuencia de décadas de incremento de la desigualdad en todos los países del mundo. Es una clara advertencia de que, si seguimos por este camino, ningún país está a salvo del extremismo populista.

En un contexto en el que la economía se globaliza pero la política no consigue pasar de los límites nacionales, solo hay dos posibles vías: Una ideología populista que, incapaz de encontrar una solución, simplemente protesta buscando culpables (lo estamos viendo en la derecha y en la izquierda en todos los países del mundo) o un trabajo internacional coordinado que consiga llevar la política a nivel global.

La crisis del Capitolio de EEUU debe ser el principio del fin del populismo. Si logramos superar la crispación, la división y la desinformación, si fomentamos una cultura de entendimiento tanto a nivel nacional como internacional, si reforzamos nuestras instituciones democráticas en lugar de erosionarlas, evitaremos que la democracia sea atacada y podremos centrarnos en afrontar los retos de este siglo XXI, proponiendo un nuevo modelo económico equitativo y sostenible, así como la consolidación de una sociedad informada.

Ese es el deseo de M+J para España y el mundo tras los vergonzantes y violentos acontecimientos producidos en el Capitolio estadounidense.

Partido Por Un Mundo Más Justo (M+J)