Terremoto en Haití: drama para el país y vergüenza para nuestro mundo

El pasado sábado 14 de agosto el país haitiano volvió a temblar, llevándose la vida de más de 2.200 personas según el último recuento. Un drama que se une a la triste sensación de que, tras el que hubo en 2010, las cosas tendrían que haber cambiado lo suficiente para que no se repitieran tragedias como esta. Los “humanos” seguimos teniendo muchas deudas pendientes con las personas y países más frágiles, y desde M+J no podemos hacer sino denunciarlo y seguir trabajando en pro de las transformaciones necesarias para que cosas así no vuelvan a suceder.

Y es que, lo sucedido en el país más pobre de América y uno de los más pobres del planeta, vuelve a mostrarnos las mayores miserias de la respuesta internacional.  A la intensidad del terremoto de 7.2 en la escala de Richter, se une la pobreza endémica que azota al país y que tiene manifestaciones tan elocuentes como que sólo existe un hospital especializado en pediatría -para los 11 millones de habitantes que viven en esta nación caribeña-, o que es la única nación de América que aún no ha recibido ni una dosis de la vacuna contra el COVID 19. A ello se une una enorme inestabilidad política –más aún después del asesinato apenas hace un mes de su presidente, Jovenel Moïse- unida a grandes dosis de violencia –con un incremento enorme del crimen organizado- y de corrupción, que, entre otras manifestaciones, ha tenido la malversación y el derroche de gran parte de los fondos para la reconstrucción tras el terremoto de 2010… (Si quieres conocer más a fondo todo lo que pasa en Haití puedes leer este artículo del New York Times del mes pasado).

Visto todo, para salir de esa “trampa de la pobreza” y aspirar a un futuro digno, los haitianos necesitan, además del fortalecimiento democrático de las instituciones y la lucha contra la corrupción, un enorme esfuerzo como sociedad, para lo que también requieren de la ayuda exterior que les devuelva la confianza y la esperanza. Así nos lo confirman afiliados y simpatizantes de M+J que bien conocen Haití por haber trabajado allí de voluntarios o cooperantes.

No obstante, ahora preocupa sobre todo la situación de emergencia humanitaria que afecta a unas 650.000 personas del suroeste del país, gran parte de las cuales se han visto desprovistas de sus hogares, sus escasas pertenencias y su acceso a los bienes imprescindibles para la supervivencia.

Por todo ello, desde el Partido Por Un Mundo Más Justo, hacemos un llamamiento urgente a:

  1. Una cooperación eficaz que comprometa a la ONU y a los países a una reconstrucción a largo plazo, en un contexto de paz y protección frente a gobiernos corruptos. Y que no vuelva a repetirse la situación de 2010, donde la reconstrucción llego mínimamente a la población más vulnerable;
  2. Asegurar la protección y los bienes básicos a los más débiles, desplazando al personal necesario y poniendo todos los medios que haya a nuestro alcance. Hace falta reconstruir casas dignas a la mayor velocidad posible, habilitar el cultivo de pequeños huertos para la propia manutención y la venta en el mercado local y asegurar la alimentación básica de los niños entre otras cosas.

Por último, agradecemos la ingente labor que están realizando muchas organizaciones (hatianas o foráneas) sobre el terreno, como muchas congregaciones religiosas, ongs…

Una vez más en medio de tanto dolor e injusticia encontramos signos de esperanza, en este caso en la humanidad y el corazón de todos aquellos que siguen apostando por un futuro mejor y que lo hacen realidad desde su propio compromiso. Ahora solo queda que la comunidad internacional no les volvamos a fallar.

Equipo de Cooperación Internacional del Partido Por Un Mundo Más Justo (M+J)