Un partido que impulsa a trabajar junto a los que más sufren.
El Partido Por Un Mundo Más Justo no sólo impulsa las transformaciones necesarias para construir otra sociedad desde el ámbito político, sino que avala dichos procesos por los propios caminos vitales de las personas que lo conformamos. De botón de muestra os traemos hoy un pequeño testimonio de Javier Cascón, afiliado de Madrid y miembro del Grupo Joven del partido.
Durante muchos años se nos ha vendido el modelo de superhéroes. Hombres y mujeres con un cuerpo esculpido, una familia perfecta, una casa grande y ordenada, profesionales competentes y con un mínimo de dos idiomas perfectamente controlados. Encima se da por sentado una salud mental y una alimentación equilibrada y una eterna juventud. Por si esto fuera poco, nos sentimos obligados a ser personas comprometidas que colaboren con un proyecto social en el que se refuerce nuestra imagen de superhéroes y salvadores.
Menos mal que desde Por un mundo más justo (M+J) no se buscan este tipo de fichajes para el partido. Se buscan gente de carne y hueso, de tarde de domingo en familia, de esos que te dan un abrazo al “cagarla” de nuevo. Gente con sus debilidades y defectos, pero convencida de que hay que trabajar junto a los que más sufren en nuestra sociedad.
Por eso me gustan.
Y ahora es cuando os cuento un poquito de mi historia.
Desde hace 3 años trabajamos en AMAQTEDU (https://amaqtedu.es/). Con este proyecto, preparamos sesiones formativas de pintura, fotografía, teatro, literatura, música y todo lo que tenga que ver con el arte en centros sociales de personas sin hogar. Tras unos meses de trabajo, llevamos los lienzos que han realizado a galerías de arte, universidades y hoteles, donde los vendemos acompañados de la historia de la persona que lo ha hecho. Con los beneficios, financiamos cursos de formación a personas en riesgo de exclusión.
Gracias a este proyecto tengo claras varias cosas:
- No somos salvadores de nadie, solo trabajamos juntos para apoyarnos unos a otros. Y esto… funciona;
- El arte tiene un potencial educativo y emocional enorme;
- Los prejuicios se pueden desmontar cuando los clientes conocen las historias de los artistas.
Además de esto, comencé a trabajar como Responsable de Comunicación en la Fundación Lázaro en 2020. Esta fundación tiene pisos compartidos entre jóvenes profesionales y personas en riesgo de exclusión y combinar ambas cosas ha sido una auténtica revolución.
Por acabar, un día nos decía uno de los asistentes: “¿Qué hacéis aquí todos los domingos? ¿No tenéis nada mejor que hacer? Aquí no tenemos solución, buscaos un novio o una novia”.
Siento contradecir sus palabras, pero creo en las segundas oportunidades, no como teoría para quedar bien, sino como experiencia concreta en personas y vidas con las que hemos caminado.
Javier Cascón, afiliado y miembro del Grupo Joven del M+J