Por una Europa más solidaria y fraterna

Por una Europa más solidaria y fraterna: Hay que incluir, acoger, salvar.

En estos últimos años hemos podido ver, oír y sentir como muchas personas, organizaciones y colectivos han rechazado, denigrado, insultado y mentido a cerca de ong´s y colectivos sociales que llevan toda una vida luchando por la justicia social, teniendo que lanzarse al mar, cómo último recurso, a salvar a personas que venían huyendo de guerras, violencias, violaciones, hambrunas, persecuciones, etc.

Se han llegado a decir muchas barbaridades de ellos: que explotan a los migrantes, que negocian con sus vidas, que les llaman para que se lancen al mar, que los buscan en sus países, que se aprovechan de las donaciones, que les dicen por donde tienen que ir/venir en su ruta hacia Europa-Occidente, etc. Se le ha criminalizado y hasta denunciado judicialmente, por ejemplo, a la activista Helena Maleno.

Y todo ello, entre otras cosas, porque no queremos, no soportamos, no toleramos la idea de que todas esas personas vengan a nuestros países; vengan a nuestras ciudades o pueblos. Por muchos motivos, pero entre otros, porque nos sacan los colores, nos muestran todas las barbaridades que se están cometiendo en el mundo, muchas de ellas toleradas y auspiciadas por nuestros gobiernos y por el poder en la sombra de grandes corporaciones. Pero también los ciudadanos de a pie, por acción u omisión, estamos tolerando esto, asumiendo discursos falsos que nos repiten día tras día, de manera reiterativa y estridente. Tenemos que reaccionar. Cada vez que alguien hace algún comentario de odio sobre estas personas que intentan ayudar debemos alzar la voz; no quedarnos en casa, sino salir a apoyarles… son nuestro reservorio moral. Es fundamental que se escuchen las voces generosas y voluntarias, acogedoras y solidarias.

Pero se sirven de nuestro silencio y nuestra dispersión para seguir diciendo «que nos invaden», que «vienen a imponer su cultura y pensamiento y eliminar el nuestro», que «nos quitan el trabajo y el sustento», que «se aprovechan de la seguridad social y las ayudas», que …

Me temo que estamos en un proceso de blanqueamiento de ideas muy peligrosas en Europa. Observamos un rechazo visceral, odio, enfrentamiento y ansia de eliminar todo aquello que sea diferente a mí, mis pensamientos y mis ideas; cueste lo que cueste y caiga quien caiga.

No hay más que observar el nuevo «Pacto de migraciones y refugio» publicado recientemente por la Comisión Europea, donde se siente la influencia de estos movimientos xenófobos, aporófobos, excluyentes y «odiadores de todo lo diferente» que andan por Europa.

¿Dónde está la Europa solidaria que ayudó a todos los países tras la debacle de la II Guerra Mundial? ¿Dónde están los países de Europa que tanta ayuda recibieron de América Latina y del Sur cuando peor lo estaban pasando? incluso de países africanos… ¿Dónde está la honestidad y la sinceridad al reconocer que llevamos muchos años-siglos aprovechándonos de los recursos, personas, medios… de tantos países de África, Asia o América? ¿Dónde están los valores solidarios, fraternos, humanos que fundaron Europa? ¿O es que todo ha sido un gran engaño demagógico e inmoral?

Habrá que pensarlo, pues en ese último acuerdo se vuelve a dar una patada a todas esas personas que piden ayuda, auxilio; se niega el derecho a la vida, a la salud, a la mera supervivencia (ya ni hablamos del derecho a buscar una vida algo mejor, como entendemos razonable para nosotros mismos). Estamos llegando a unos mínimos muy peligrosos, a la sinrazón de negar el básico derecho a la vida… la de estas personas y la de sus familias.

¿Los Derechos Humanos?… ¡Uf! Eso parece quedar ahora tan lejos… como un ideal impensable; mucho tienen que cambiar las cosas para poder volver a hablar de ellos, pero tenemos que hacerlo.

Porque es muy triste este repliegue argumental en el que estamos inmersos. Incluso en círculos de gente comprometida con los derechos y libertades, empiezan a utilizarse cada vez con mayor frecuencia argumentos que justifican la llegada de migrantes por motivos instrumentales como: “Europa envejece, por lo que necesitamos gente joven; nos vienen bien las personas bien preparadas de ciertos países, a esos sí hay que dejarles venir; necesitamos mano de obra, por lo que hay que dejar que vengan ciertos grupos-cupos..”; y un largo etcétera de comentarios que lo único que hacen es demostrar cómo queremos seguir «usando» a las personas. Si nos vienen bien…que vengan. Si no… pues que se queden en sus países, aunque los maten o se mueran… ¡Que se mueran en el Mediterráneo (o tantos otros Mediterráneos…), pero que no vengan y que nadie nos enseñe imágenes de sus muertes!.

¡¡NO, NO Y NO!! no podemos caer en ese argumentario utilitarista, y deshumanizado. HAY QUE ACOGER, INCLUIR, SALVAR a la gente porque SON PERSONAS, SERES HUMANOS, que se merecen vivir por el simple hecho de serlo…

Es una decepción ver como Europa se fortifica y gasta tanto dinero en repeler, ahuyentar, rechazar a las personas que piden ayuda; da pena ver como hemos sucumbido a los mensajes de odio y lo lejos que estamos de los valores de fraternidad que un día se soñaron.

Pero a tiempo estamos de subvertir esas inercias y demostrar con nuestras vidas y con nuestras decisiones que otro mundo, más justo y fraterno, es posible. Salvemos; acojamos, incluyamos. ¿Lo intentamos entre todos?

Ismael Valdivia López
Afiliado de M+J en Badajoz

Apúntate al Congreso ONLINE 2020 28-29 nov.

Reflexionando nuestras ideas. Construyendo un mundo más justo.

¡Apúntate al Congreso ONLINE 28-29 nov.!

Tan fácil como decir cuándo crees que podrás conectarte