Querido no-lector, hoy toca…
No nos conocemos, pero sí nos reconocemos, verás. Yo, como tú, no leo el periódico, lo ojeo. Me encantaría hacerlo, pero no me da la vida. Apenas le robo diez o quince minutos a mi ajetreada vida para enterarme de lo que pasa un poco más allá de mi casa y si me apuras mi barrio, que todo sea dicho, está fatal.
Voy descendiendo por mi pantalla digital por las diversas noticias. No las leo, claro, no tengo tiempo, tengo que escoger lo que voy a leer hoy. Cuatro, y si el café está muy caliente, quizás cinco, no más.
La selección de éstas no es cuestión banal. Me interesa todo, lo de mi barrio, lo de este pueblo que llamamos ciudad, lo de la capital, la última del gobierno patético y lo del país de al lado, y si me apuras el otro, pero no más.
Así, mi logaritmo interior decide por mí, con criterios pre-establecidos, en mi caso, la ocasión perdida para cambiar eso que me repatea desde hace lustros, la última desgracia del cementerio acuoso que llamamos Mare Nostrum, y en este momento específico, Colombia.
País maravilloso de gente maravillosa, con una clase política de altura inversamente proporcional a la valía de su pueblo.
Pero no me voy a detener ahí, los “ciento-cuarenta-caracteres” de nuestra era no lo permiten.
Ya casi me perdieron, ¿a quién le interesa Colombia cuando hay tanto por hacer en mi barrio, en mi casa?
Lo sé, y lo asumo. Yo también mañana “cogeré” de nuevo el diario, seleccionaré las cinco noticias a leer (primero en diagonal, luego en horizontal si el tema lo amerita), y no leeré lo demás.
No me enteraré del último bombardeo en Palestina. No me enteraré de la cantidad de “refugiados nuevos” en Bangladesh, México o Tailandia. No sabré quien ganó las elecciones aquí o allá, ni su pasado en materia de respeto a los derechos humanos. No sabré cuántos muertos más hubo ayer en Colombia por un motivo que tampoco conozco.
¿Cómo voy a hacerlo si no me da la vida? Si tengo tantas cosas que hacer. Si mi “zapping” noticiero no llegó hasta allí porque se interpuso Ayuso (recurso fácil, cierto).
Pero no es mi culpa. Lo siento. No doy para más. Mañana quizás sí, o no, no sé, ¿quién sabe? Mañana seguramente seguiré siendo un no-lector de noticias importantes, para poder dedicarle el tiempo necesario a mis cosas, que tampoco lo son.
Daniel Barrera Boatas, afiliado de M+J Tarragona